Era la hora en que todos dormían en mi casa, algunos tenían sueños lindos, pesadillas y tal vez algo erótico, me costaba cerrar los ojos entonces empecé a dar vueltas en mi cama, tomaba la almohada, me aburría, cogía la otra, buscaba de algún modo sentirme cómoda; siempre pongo música para suavizar mis oídos hasta quedarme completamente dormida, pero por lo general me pongo a cantar. Esta vez las ganas se me fueron, veía a oscuras el techo, no quería recibir la llamada de medianoche porque no hubiera podido hablar por mi malestar, recordé que temprano estuve pegada a la televisión viendo “Ángeles y Demonios”; recé.
Justo se me vino a la mente la pronunciada respuesta de Robert Langdon sobre el cuestionamiento hecho por el Carmalengo, de la iglesia: “La FE es un DON”, yo esperaba a Dios y su pronunciamiento, no aparecía, pienso que estuvo ocupándose de cosas más importantes, plegarias en el mundo, la mía era mínima, se solucionaba con la visita a un tipo y su confirmación para una cita.
Entonces, no solo era Yo, sino también tal vez Juan, Agustina y Rafael, similares situaciones pero con diferentes dolencias:
Juan regresaba de una reunión con sus amigos, había bebido demasiado y no le importó su estómago que venía sufriendo desde la mañana pequeñas revoluciones en su interior. Estuvo planeando con los “vivazos” de sus “patas”, visitar una casa A1 de citas, en donde les dictarían defrente la práctica de educación sexual; las cosas no resultaron como lo venía soñando hace una semana, no tuvo la tan ansiada noche loca. Cerca de las 2am llegó a casa, su familia descansaba, decidió ingresar a la cocina, aún en puntillas para no hacer el mayor ruido posible, algo tonto de su parte porque el estómago se encargaba de hacer más bulla, los gases eran fuertes, cogío una taza, hirvió el agua y esperó por unos minutos hasta por fin prepararse un te, a lo mejor el problema estomacal se solucionaría con te caliente y un cerrar de ojos a las 2:45 am.
Agustina, tiene 18 años trabaja en sus chacras desde las siete de la mañana hasta las cuatro de la tarde, vive a gusto con los paisajes a su alrededor, pero no puede evitar sentir molestia a los turbulentos sonidos de la grúa provocada por su vecino, un tipo que compró el terreno de a lado para construir su casa de campo. Agustina se viene quejando durante dos noches seguidas de dolor de oído, sus padres le recomiendan medicina casera, porque el dinero que ganan les permite para tener al menos un almuerzo decente y pagar el colegio de su hermanito menor. Una mañana sale a buscar unas plantas curativas, estuvo media tarde preparándolas y el resultado final lo tomó cerca de las 2:00 am en que el oído quizo joderle el sueño pero no pudo con ella.
Rafaelito salió del colegio temprano, su madre preocupada apenas le informaron del estado lo llevó a una clínica, el doctor le diagnósticó estrés, por eso el dolor de cabeza, ser el primer puesto en clase también es un problema, no crean que es lo máximo; pidieron permiso los señores Bustamante durante la semana en el colegio de su engreído. A las 3am, el dolor venía intenso, su institutriz asustada, corrió hacia la habitación de los padres de Rafaelito, se alistaron a los 15 minutos y lo llevaron a la clínica, le dieron pastillas que terminó aliviando el dolor del niño, sus ojos le pesaban hasta quedarse dormido.
Esta vez no estaba leyendo uno de los tantos best seller de Dan Brown, lo estaba viendo, reproducida en Ángeles y Demonios, por cierto, Tom Hanks ya esta mayorcito pero conserva su porte, su gracia, su notable y encantadora belleza masculina. En fin, mientras observaba, una de mis manos sostenía mi cachete derecho, que por cierto se había hinchado más de su normalidad, pensé que era uno de esos fugaces dolores dados ya más de un año, a veces mi terquedad me encierra en una burbuja en la cual no esta permitido seguir el consejo u recomendación de los demás, mis excusas eran “NO TENGO TIEMPO”; pasó como mas de media hora y no conseguía parar el dolor, “Una pastilla, ¡por favor!” terminé pidiendo.
Por unas horas, me sentí mejor, creí que el topecito a mi muela había ocasionado el caótico momento, me acosté como de costumbre a medianoche, estuve terriblemente despierta, mis ojos simulaban a los de un búho, empezaban los latidos en mi maldita y vengativa muela. Intenté por todos los medios cerrar los ojos, no lo conseguí, ya eran cerca de las 4:00 am cuando de pronto regresé a la época infantil, busqué con desesperación a la persona encargada de ver mi salud por años, MI MADRE.
Lógicamente vino el regaño, así como el tan mentado “TE DIJE” “NO ME HICISTE CASO”, yo literalmente agonizaba, buscó una pastilla, lo peor es que no las tiene por orden, no sabía que darme, hasta demás me mataba, eso si me dio risa, de repente, recordó el nombre. Bebí desesperadamente dos vasos de agua, ni asco sentí al masticar la pastilla, porque yo no puedo pasarlas como la mayoría lo hace, desde que me traumé con un caramelo de pequeña, no he podido superarlo.
Retorné a mi cama, echada de costado, ¡OH DIOS, QUE ME DIO!, ¿me esta asesinando o qué? El dolor era EL PEOR, no tenía tiempo de gritar, de decirle “QUE MIERDA ME HAZ DADO”, de pronto, los ojos empezaban a pesarme, vi el reloj ya eran las 5am. El alivio llegó, los latidos, la sensación dejó de ser intensa, me dije: “Hasta en esto quieres que aprenda la lección”; me consumió el cansancio y felizmente dormí. Al siguiente día, encontré al hombre indicado, Dr. Obeso, confirmé la cita, curó la tediosa muela en un abrir y cerrar de ojos.
Definitivamente, somos flojos hasta con nuestra salud, será por eso, los comentarios de los abuelitos: “LA JUVENTUD DE AHORA”, “S” tuvo un problema peor, un día por el messenger alarmada, asustada me contó como empezó a sentir incómodos dolores en sus ovarios, naturalmente lo asociamos con los cólicos, pero fue demasiado, casi hemorragia, menos mal no le detectaron nada grave, pero no sucedió lo mismo con una vecina, su nombre es Paola, durante años su período menstrual no era normal, pensó que era diferente en ella, no le ocurriría nada, llegó a terminar su carrera de Derecho, creo que un mes después de recibirse se entera que tenía CÁNCER, jamás ejerció su profesión, murió el verano pasado, para ser exactos en Febrero, el otro mes cumplirá 1 año, sus amigos los abogados, la despidieron, la velaron junto a su título y su gran sonrisa que la caracterizaba, ella fue la única que sobresalió en su familia y al parecer la última.
Y ahora, ¿Cuál es EL PEOR dolor?, yo pienso que va por este orden:
1) La Muela
2) El Oido
3) La Cabeza
4) El Estómago